El gas natural desempeñará un papel importante en la red energética de México durante muchos años, sobre todo a medida que el país avance hacia las fuentes de energía renovables. Su uso no solo se ha extendido en la industria y el transporte, sino también en los hogares, donde el gas residencial se ha convertido en una opción confiable y accesible para muchas familias.
Al mismo tiempo, se están investigando nuevos usos del gas natural en el sector de la movilidad, donde se utiliza en vehículos ligeros, transporte urbano y cadenas logísticas, así como en otras industrias como la inmobiliaria para satisfacer las necesidades de calefacción, refrigeración y aire acondicionado.
Es un hecho que el gas natural se desplazará probablemente hacia nuevos combustibles como el biometano y el hidrógeno verde en el futuro. Estas fuentes de energía tienen el potencial de revolucionar nuestra matriz energética reduciendo las emisiones contaminantes y cumpliendo las obligaciones medioambientales.
Podemos concluir que México tiene una oportunidad especial para impulsar la transición energética y satisfacer la demanda actual aprovechando su ubicación geográfica, el fenómeno del nearshoring y la abundancia de recursos. Para adaptar métodos y políticas que han funcionado en otros lugares teniendo en cuenta nuestra realidad energética, las instituciones públicas, los actores empresariales y los consumidores deben trabajar juntos.
El gas natural se presenta así como un pilar fundamental que puede ofrecer la estabilidad necesaria para la transición hacia una red energética más limpia, eficaz y sostenible.
Algunas empresas reconocen sus necesidades energéticas específicas y destacan que, aunque las fuentes renovables como la solar y la eólica son la meta a largo plazo, el gas natural sigue siendo una alternativa eficiente y accesible para avanzar rápidamente en el cumplimiento de los objetivos ambientales de la Agenda 2030.
El gas natural de Juarez se ha consolidado como una solución clave para la manufactura y el nearshoring. Su uso no solo impulsa la transición hacia una energía más limpia, sino que también permite a las industrias optimizar costos operativos y mejorar su productividad.